A partir de este momento, el clima o la distancia, DEJARON DE SER un obstáculo para tu felicidad


Cuando yo comencé a trabajar en el ambiente de los equinos, allá por principios de los 90, poder comunicarse con el veterinario era bastante complicado.

La opción más corriente era llamar a un teléfono fijo, casi siempre el del domicilio particular del profesional, y dejar un mensaje allí.

Solo en el momento en el que el facultativo regresaba al lugar, recibía todos los recados que le hubieran dejado, y se dirigía a hacer una nueva ronda.

Si era un poco más tecnológico, es posible que tuviese un “beeper”, que era un dispositivo, en el cual llegaba mensajes escritos tipo telegrama. Lo más común era que te dejaran allí un texto parecido a “Pasar por el Stud de Fulano” o “Cuando puedas llamar al 01 1234-4567” (el número es ficticio).

Esta forma de comunicarse, resolvía, casi de manera mágica, el tema de las urgencias.

Ahora si eras un “Ultra tecnológico” entonces es probable que tuvieras un teléfono móvil, al principio de una sola empresa que ya no existe en Argentina como tal (Movicom) que eran carísimos, tanto en la compra del equipo, el abono y el coste de las llamadas.

Pero de este modo, estabas comunicado de manera instantánea con la mayoría tus clientes.

A partir de allí, todo el proceso se aceleró.

Aparecieron equipos más chicos, con más capacidad de batería, con pantallas color, cámara, etc.

El avance llegó hasta los Smartphones, esas pequeñas computadoras, que sirven para conectarse a internet, bajar programas, usar una agenda, sacar fotos o videos y enviarlos a cualquier parte del mundo.

Además, si querés y lo necesitas, también pueden servir para hablar por teléfono.

Esta revolución tecnológica nos permite en la actualidad, hacer videollamadas, enviar fotos, videos, documentos, PDF, hojas de cálculos y un sinfín de archivos.

También nos dejan realizar consultas a distancia.

Ello, beneficia, por un lado, al paciente, que muchas veces se encuentra en lugares alejados, inhóspitos, con accesos difíciles y a merced del clima.

También beneficia al profesional que puede atender a varios pacientes que se encuentren muy alejados unos de otros, sin perder el tiempo de los viajes y los costos de los viáticos.

Es cierto, sin embargo, que no todas las consultas pueden ser virtuales, y que muchas de ellas requerirán de la presencia del médico veterinario o ejecutar diferentes métodos complementarios a fin de llegar a un diagnóstico de certeza.

Pero en muchas ocasiones, una simple consulta virtual, puede ser la diferencia entre la pena y la felicidad de tu caballo y la tuya propia.

¿Estás lejos? ¿Acaso en otro país? ¿Se te dificulta afrontar el costo de los viáticos y de la visita?

Entonces quizás una consulta virtual sea tu solución.

¿Cuál es la manera en la que podés acceder a ella?

Por medio de Calendly, podrás reservar una cita, efectuar el pago a través del depósito por diferentes plataformas como Mercado Pago, Payoneer, o transferencia bancaria, y en pocos minutos acceder a una consulta desde la comodidad de tu hogar.

Si esto es para vos, no dejes de hacer tu reserva Ya mismo.

Como siempre, estoy a tu disposición.

Abrazo.

Abel F. Bacigalupe 

Especialista en Educación Universitaria con Orientación en Ciencias Biológicas y Veterinarias

p.d. Si te inscribes, podrás acceder de manera totalmente gratuita a una copia en PDF de mi guía “Hoy está bien, Mañana…?”