¿Conocés la historia de Candy Ride?


Candy Ride es, hoy, un caballo de carreras consagrado.

Invicto en las pistas, aquí y en el extranjero.

Y excelente padrillo.

Pareciera que desde su nacimiento estuvo signado por el éxito y la gloria.

Nada más alejado de la realidad.

De potrillo, fue enviado a una subasta.

Luego de bajar el martillo se realizó el estudio de laringe y placas correspondientes.

Por desgracia, un hallazgo radiográfico en uno de sus miembros, hizo que se truncara la operación.

Varias veces salió a venta y siempre con el mismo resultado.

Venta – Placas – Rechazo – Venta – Placas – Rechazo – Venta – Placas – Rechazo.

Finalmente, un grupo de amigos se arriesgó a comprarlo, por mucho menos de su valor inicial, a pesar de los hallazgos.

Aquí comenzó otra historia.

Debutó en la calle, ganó. Corrió luego en San Isidro y vuelve a ganar.

Va los clásicos y vuelve a triunfar.

Se transforma en el nuevo caballo del pueblo.

Aquí aparece, desde los Estados Unidos de Norteamérica, un probable comprador.

Envía un profesional para que se encargue de las revisiones de rutina…

…Y o sorpresa (o no tanto a estas alturas) el veterinario recomienda rechazar la operación.

No contento con el resultado, la persona interesada en comprar envía un segundo y hasta un tercer veterinario, siempre con el mismo lapidario final.

¿Qué hace esta persona?

Pues, le gusta tanto el caballo y su manera de correr, que se arriesga y decide comprarlo a pesar de las recomendaciones.

Ahora sí, Candy Ride llega a los EE. UU. donde realiza una breve campaña, incluyendo algunas carreras clásicas, ya que, desafortunadamente, se termina lesionando del miembro que tenía el hallazgo radiológico.

Esta es la historia, hasta donde la recuerdo. Si considerás que algún dato está equivocado te invito a que me escribas y con gusto lo acomodaré.

¿Cuáles son las enseñanzas de esta historia?

1.  Los hallazgos, tanto fibroscópicos, como radiológicos, ecográficos o de laboratorio, no determinan la capacidad deportiva de un animal.

2.  Indican, de manera estadística, las probabilidades de que esa lesión perjudique o no el rendimiento futuro, así como, su capacidad de comercialización.

3.  Siempre es el comprador quien tiene la última palabra con respecto a cerrar o no un trato comercial de acuerdo a los resultados de la revisión de compra.

Con esto quiero demostrar que los profesionales no estaban equivocados con respecto a la lesión encontrada.

Lo que no podían prever era la impresionante capacidad deportiva que tenía ese caballo A PESAR de esa lesión.

Ahora ¿Cuántos CANDY RIDE crees que salen a la venta cada año?

¿Cuántos caballos con algún tipo de lesión, llegan a ese nivel de competitividad?

Y aunque espero que esta historia te haya servido para ver con otros ojos los exámenes de compraventa, se que todavía podés albergar algunas dudas de porque deberías pagar una revisión de compra si al fin y al cabo,

·     las personas que no lo compraron se perdieron un Crack y

·     la persona que lo compró, lo hizo a pesar de las evidencias en contra y gastando cientos de dólares en el proceso.

Entiendo el punto, pero no lo comparto y te explico el porqué.

En primer lugar como te conté, las revisiones de compra no indican capacidad o campaña futura del caballo, sino probabilidades de que pueda o no sufrir percances por esas lesiones.

En segundo lugar, la decisión final es del comprador, pero conociendo, con certeza los defectos y virtudes del equino seleccionado.

En tercer lugar, se debe tener en cuenta la capacidad de comercialización futura de ese animal.

A Candy Ride, a pesar de ser invicto y ganador clásico casi no lo compran por esa misma lesión que tenía de potrillo.

Una cosa es saber de antemano que tu caballo puede albergar problemas al momento de negociarlo y otra muy distinta enterarse luego de escuchada la oferta.

En cuarto lugar, elimina malos entendidos o suspicacias.

Si a ese equino lo hubieras comprado sin revisar, y luego, durante el entrenamiento, por las causas que fueren, le descubrieras esa lesión ¿pensarías que el haras te lo vendió sabiendo del defecto o no?

Y si la respuesta es «Si» ¿le volverías a comprar?

Como ves, todo el proceso no se limita a decidir de manera afirmativa o negativa una venta, sino de poner las variables en contexto y evaluarlas en conjunto, para determinar el mejor curso de acción.

Espero que esta respuesta disipe tus dudas.

Si no es así, te invito a que te unas a una sesión de Asesoría y con gusto me tomaré 30 minutos de mi tiempo para explicártelo.

Te espero.

Abel F. Bacigalupe

Especialista en Educación Universitaria con Orientación en Ciencias Biológicas y Veterinarias