El desahuciado que nadie conocía
Hace unas semanas fui llamado a consulta por un caballo que no le podían encontrar la vuelta.
La verdad que era el famoso llamado de resignación, el típico “Fijate si lo podés acomodar para que corra más o menos bien, si puede que entre en el marcador y ¡¡¡lo vendo!!!”
Como me gustan los desafíos acepte el reto y lo fui a ver. Era un alazán mediano, medio chupado, con las verijas marcadas y castrado. Pero lo que más me llamaba la atención, era el pésimo carácter que tenía. No se dejaba tocar, menos que menos revisar, intentaba morder o patear al menor descuido. Era un autentico infierno. Y eso que estaba castrado, no me quería imaginar si fuera entero. Tenia una historia de varias carreras corridas, alguna que otra con mejor performance, pero la mayoría malas. Adentro de box, su comportamiento no era mucho mejor, caminaba mucho, comía poco y descansaba menos.
A la revisación aparecieron los típicos dolores de entrecuerdas, mucho dolor en los garrones pero cuando le revisabas la columna se tiraba al suelo mientras intentaba patearte. Era un infierno lo que debía estar sufriendo ese animal.
Le pregunto al cuidador que quería hacer y me dice, fíjate si lo podes emparchar para que corra una y lo largo. Así que le pedí que comprara los remedios, lo infiltré, lo paré unos días y le dije que en 7 días volviera al ruedo. Cual no fue mi reacción al día siguiente cuando paso a ver como estaba el paciente, y me encuentro con una oveja. El caballo del día anterior había dejado paso a un animal completamente manso, que había comido toda la ración y había descansado como un lirón. Era literalmente otro caballo. Incluso se dejaba acariciar y revisar con total naturalidad. Aclaró que no use ningún tipo de tranquilizante o analgésico, sino algunos remedios, que no por antiguos dejaron de ser buenos.
Pero esta historia no acaba aquí, hace una semana me enteré que el tostado había ganado en Palermo por varios cuerpos y a buen sport. Ahora esta anotado para la semana entrante. Pero esa ya es otra historia.
De aquí podemos desprender dos enseñanzas, una que los tratamientos no dejan de ser efectivos por ser viejos, ni los nuevos son infalibles. A cada patología se le debe aplicar el tratamiento indicado sin importar si es viejo o nuevo.
Segunda y más importante, muchas veces creemos que un animal es malo, indócil, e incluso se los llega a castrar para calmarlos. Muchas veces ese comportamiento, se debe más a mecanismos de defensa que al carácter propio del animal y curando esos dolores, se arregla el comportamiento.
Espero que esta historia te sea de utilidad en algún momento.
Nuestra misión es que puedas alcanzar tu MEJOR experiencia con tu caballo y su entorno, evitándote las frustraciones y logrando tus deseos más profundos.
Para finalizar recuerda que nada es imposible, si no te rindes. Si te caes, muchos estarán para ayudar a levantarte, pero ninguno se levantará por ti.
Un saludo y hasta la próxima.
Esp. Abel F. Bacigalupe
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