¿No has visto un centauro últimamente?


Centauros en el siglo XXI

¿Sabes que son o eran los centauros?

Los centauros eran seres mitológicos de la cultura griega, que poseían la cabeza, el torso y los brazos humanos y el resto del cuerpo de caballos. Los centauros eran los seres masculinos y centáurides eran las versiones femeninas. 

Se cree que la aparición de estos seres se debió al momento cuando las culturas (sobre todo griegas tempranas) que no conocían al caballo se toparon con las primeras civilizaciones que montaban a caballo, produciendo terror en esas civilizaciones de a pie. No hay que ser muy ducho para imaginar el terror que debían generar la aparición de estos jinetes montados, que manejaban al mismo tiempo las más diversas armas, entre ellas el arco y las flechas (ya que estos jinetes eran muy diestros en el manejo de los animales con las piernas, a gran velocidad) que pueden cambiar de dirección en segundos. Para esos primeros hombres de a pie, la aparición de estas hordas montadas debería haber sido un espectáculo realmente pasmoso.

Con el correr del tiempo, más tarde o más temprano, todas las culturas que fueron tomando contacto con el caballo, se sirvieron de él, para mejorar su calidad de vida, ya sea para la guerra, formando ejércitos montados, como en tiempos de paz, donde el caballo se utiliza para trasladar a las familias, trasladar mercaderías al mercado, e incluso en las labores agrícolas cuando se enganchaban al arado, para hace los surcos previo a la siembra de semillas. 

A fines del siglo XIX y comienzo del siglo XX, con la llegada de las máquinas a vapor primero, y el advenimiento de los motores eléctricos y de combustión interna, después, parecía que el destino del caballo era desaparecer triste e inexorablemente a manos de estas invenciones modernas. Esto fue así, incluso hasta el fin de la segunda guerra mundial, donde encontramos por ejemplo la última carga de caballería del ejercito polaco contra las tropas alemanas cuando invaden Polonia en 1939. A partir de allí, parecía que el destino de los equinos sobre la faz de la tierra estaba sellado.

¿Y que pasó luego?

Pues a contra corriente de todo lo que se preveía, al comenzar la humanidad a olvidarse de la guerra y comenzar un periodo de prosperidad, empezaron a tomar nuevos impulsos todos los deportes, y los relacionados con los equinos, más. No solo esto hizo que se re/abrieran muchos centros de equitación , sino que se potenció en forma incesante la cría de caballos. Ahora no eran los caballos de razas pesadas, que se utilizaban para las tareas de tiro, las que más se criaban, sino las razas livianas o deportivas, casi todas con un chorro de sangre árabe o SPC que les daba una agilidad e inteligencia distinta a la que se conocía entonces. 

Comenzaron a proliferar actividades tan dispares como el salto, el polo, el pato, adiestramiento, prueba completa, atalaje, carreras de trote, carreras de endurance, y obviamente carreras de caballos. Y así como parecía que el destino de los equinos era la extinción, como han sufrido tantas otras especies en el siglo XX, los mismos humanos fueron los que evitaron su desaparición, promoviendo la cría.

Ahora me dirás ¿Qué tiene que ver los jinetes y amazonas de hoy con los centauros?

Bueno, en principio parecería que nada, pero a poco de indagar un poquito, sobre todo en las actividades de equitación, aparece un término que clarifica todo. 

Y ese término es “BINOMIO” Cuando se quiere hablar de tal o cual caballo y tal o cual jinete / amazona, no se habla del jinete con el caballo sino del binomio. El binomio es la conjunción, la unión del animal con la persona, que llegan a moverse como si fueran un solo individuo. Y si vamos más lejos, la existencia de binomio no se da solo en equitación, sino en todas las actividades hípicas.

Quién no ha escuchado, por ejemplo, en las carreras decir que tal o cual caballo se entiende mejor / peor con tal o cual jockey. Que determinado jockey se entiende mejor con tal caballo. Eso se da precisamente por la conjunción del binomio. 

Podríamos decir entonces que los binomios de hoy son los centauros del siglo XXI. ¿Quién lo diría, no?

Y recuerda: Nada es imposible (si no te rindes) Si te caes, muchos te ayudarán a levantarte, pero ninguno se levantará por ti. 

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