¿Sabés cuál es tu misión?


En estas fechas, si no lo sabías, comienza la temporada de remates.

 

Los Haras, al fin, exponen y ponen a la venta a sus productos.

 

Transcurridos los meses de cuida y encierro, en donde se “saca brillo a la joya”, los potrillos mejor presentados, de genética intachable y desarrollo precoz, están listo para su comercialización.

 

En 60 días veremos un desfile de animales, con diferentes pedigríes, nacimientos y crianzas.

 

En ellos recae la esperanza de los nuevos propietarios y la satisfacción del trabajo bien hecho de los criadores.

 

Y en el medio, nos encontraremos los médicos veterinarios.

 

Sobre nosotros recae, muchas veces, la decisión de evaluar si un potrillo es correcto, si tiene buena sangre y de prevenir al comprador de posibles lesiones a futuro.

 

Y en este momento es oportuno aclarar, que no se trata de tener la bola de cristal.

 

Nuestro trabajo no consiste en ADIVINAR cuál va a ser el futuro ganador del Jockey Club, Nacional o Pellegrini.

 

 

Tampoco, significa que un animal, que a nuestros ojos no es óptimo, no sea un crack a futuro.

 

Si esto fuera así de fácil, y en base a conformación, genética y pedigrí, se pudieran descartar los perdedores y elegir a los crack, esta industria no tendría futuro.

 

Los haras no venderían a un fenómeno por la décima o cuarta parte del valor que pudieran sacar si ganan dos o más Clásicos de Grupo 1.

 

Los compradores, no desembolsarían dinero, por un caballo “barato” si no tuvieran la esperanza de ganar, aunque más no sea, una carrera.

 

Ni hablar del público apostador, siempre ganarían los favoritos y perderían los caballos con menos juego.

 

Lo que debemos hacer es decidir y definir, si existen alteraciones, taras o defectos que puedan afectar la performance a futuro de ese animal.

 

Determinar si las alteraciones de la conformación, tanto anatómicas como fisiológicas, pueden impedir una venta a futuro al exterior, en caso de que el animal sea favorecido en desarrollo de su campaña.

 

De acuerdo a la experiencia personal en las sangres disponibles, determinar si un animal podrá cumplir con las expectativas de su futuro propietario.

 

No es lo mismo un animal para correr las cortas, que  las de precoces o las largas. 

 

Incluso no es lo mismo divertirse con el animal y esperar que gane una carrera, que efectuar una compra, solo pensando en los clásicos importantes.

 

¿Estás comenzando tu actividad en la clínica equina?

 

¿Deseás saber de que manera afrontar este nuevo desafío?

 

Entonces, ingresá aquí, y con gusto te ayudaré.

 

A tu disposición, siempre.

 

Abel F. Bacigalupe 

Especialista en Educación Universitaria con Orientación en Ciencias Biológicas y Veterinarias