Un adolescente jugando en primera


A menudo vemos a los caballos como seres grandes, fuertes, tenaces e irrompibles.

Nos resulta inconcebible que esa masa de cuatrocientos o quinientos kilos pueda sufrir algún tipo de lesión por estrés.

Muchas personas, tanto neófitas como avezadas, piensan que esa masa de huesos y músculos formidables, son inmunes a la fatiga.

Déjame decirte que no es así.

Quizás las analogías puedan ilustrar este tema.

A nadie se le ocurriría que un chico de 14 o 15 años debute en la primera división de un club de fútbol, solo porque es habilidoso y tiene buen físico.

A ese chico se lo cuidaría con mayor empeño, como si de un diamante en bruto se tratara.

Una joya que hay que tallar, pulir y lustrar y que con el tiempo y paciencia puede dar todo su potencial.

A tal fin, se dosifican los ejercicios, incrementando la intensidad de manera gradual. Se planifican los entrenamientos y competencias.

Si hay algún contratiempo, se revalúa el cronograma a fin de cuidar la integridad del futuro profesional.

En fin, se planifica y adapta cada actividad de acuerdo a la evolución del joven atleta.

Sin embargo, con los caballos deportivos, y en especial, los de carrera, no se sigue esa lógica.

Lo ideal sería evaluar primero (mediante placas radiográficas) si el animal está apto para comenzar la doma, la cual no tiene un tiempo fijo.

Cada caballo se amansa de acuerdo a su carácter, confianza y docilidad.

Luego de finalizada esta etapa, comienza el pre-training.

Es decir, el entrenamiento que le permitirá al futuro atleta soportar las exigencias a las que se verá sometido.

Más tarde, comienza el trabajo intenso, en donde se evalúa que tipo de actividad es la que mejor soporta el equino.

Y al finalizar este proceso, está el noble corcel en condiciones de debutar en su primera carrera.

Luego de la cual hay que ver, como queda, hacer los ajustes necesarios y volver a correr (si es que está en condiciones)

Como podrás observar, para el momento del debut han pasado varios meses desde la doma.

Y esto asumiendo que fue todo perfecto y sin contratiempos.

Por eso me provoca mucha lástima esos propietarios novatos, que compran su primer potrillo a campo, y empiezan a preguntar cuándo va a correr.

Pero más bronca me produce, cuando son las personas que hace tiempo están en la actividad, las que hacen esas acotaciones.

Al momento de adquirir tu próximo potrillo, pensé en él como un chico de 14 años que lo querés hacer debutar en la primera de River (o Boca, o el club de tus amores) ante jugadores mucho más experimentados.

Así podrás tener una idea más acabada del proceso que se avecina.

Abel F. Bacigalupe 

Especialista en Educación Universitaria con Orientación en Ciencias Biológicas y Veterinarias

p.d. Si aún no te ha quedado claro como es todo el proceso, podés reservar una cita en Calendly y realizar una consulta virtual para aclarar tus dudas.